martes, 23 de diciembre de 2008
aritos casamiento de metales, plata 925, cobre
Entonces oyó el llanto. Eso lo despertó: un llanto suave, delgado, que quizá por delgado pudo traspasar la maraña del sueño, llegando hasta el lugar donde anidan los sobresaltos.
Juan Rulfo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)